¿Se acuerdan cuándo fue la última vez que un software realmente hizo tu trabajo más fácil? Como desarrollador e impulsor de soluciones y automatización muchas veces puse en duda implementaciones: en general el software es bueno y trae beneficios inmediatos, estructura, velocidad y eficiencia a nuestro trabajo. Pero si te queda una duda después de la pregunta, es normal, ya que la facilidad o la eficiencia no son para nada el panorama completo y hay muchas más variables a considerar.

Un ejemplo claro y actual

Adobe fue una de las primeras empresas en permitir que su servicio de fotografía de stock (Adobe Stock) aceptara fotografías generadas por Inteligencia Artificial. En los últimos meses desde esa decisión, el tiempo de revisión (que no es 100% automático) pasó de unos pocos días o semanas a semanas y meses ya que los moderadores no dan abasto con la cantidad de contenido generado por la comunidad. Ya no hace falta ser un profesional o un amateur para generar contenido de calidad y se han abierto muchas oportunidades de generar fotos e ilustraciones que son difíciles de realizar con técnicas clásicas (inclusive con herramientas modernas) y si bien mucha gente está ganando, también hay existen profesionales tienen que competir con las nuevas tendencias.

Recientemente salieron artículos como este con casos similares y en donde empleados reportan sentirse como «conejillos de indias» ya que las empresas se han lanzado a implementar (muchas veces sin análisis) nuevas herramientas de IA para no rezagarse en la eterna búsqueda de mejoras y costos y no dan abasto con temas de moderación y capacitación. Obviamente muchos de esos problemas se intentarán solucionar con más IA (moderación automática, triage automático, análisis automático) lo cual creo, es una muy mala idea.

Trabajador saturado por tareas

Capas de un mismo problema que nos pueden explotar en la cara

  • El tiempo ganado se utiliza para aumentar producción aún más sin considerar otros factores y si se hace de manera vertiginosa va a desembocar en reducciones masivas y un aumento de puestos que van a necesitar reinventarse mucho antes de lo esperado. Además de stress acumulado y más rechazo a cambios (que ya de por si es un problema).
  • Reinventarse tiene un costo: la educación se supone que es el sistema que nos prepara para el futuro, pero en las últimas décadas el avance es tan rápido que capacitarse es parte del trabajo y la educación no ayuda. Para poder absorber conocimientos hay ciertos tiempos que hay que respetar y al ritmo vertiginoso de crecimiento, esto cada vez es más complicado y estresante.
  • Discriminación: los dos puntos anteriores van a desembocar en que la edad, la familia y otras actividades importantes sean vistas (aún más) como desventajas a la hora de contratar ya que el tiempo de capacitación va a ir en aumento. Ya no solo para cambios de carrera sino para puestos dentro de una misma empresa y las mismas áreas.
  • Desecho: último, pero no menos importante y consecuencia de los puntos anteriores: todo este avance trae un desgaste y desecho, es imposible crecer al nivel que se está avanzando sin que haya consecuencias desagradables. Antes un cambio era asimilado y estos problemas se manejaban en el proceso (aunque no fueran planeados inicialmente) pero esa agilidad cada vez es menos posible con avances disruptivos. No solo basta con ser disruptivos, también hay que se responsables fuera del área de acción de emprendimiento y esto va a ser un gran desafío para individuos y empresas.

En mi experiencia con la música, la fotografía y mi vuelta al mundo del freelance he notado que si bien estamos en la mejor época para aprender, las presiones no han bajado, todo lo contrario. Y a lo largo de mis años en el ámbito laboral uno de los problemas que he notado es que gracias a la tecnología cada vez menos personas cuentan con la capacidad de pensar en varios niveles de consecuencia. Todo es actuar y adaptarse ahora, pero sin un plan a largo plazo es como tener un misil ultra inteligente que evade obstáculos con gracia y eficiencia pero que en cualquier momento puede explotar y de nada nos sirven los caminos de no retorno por más rápido y eficiente que lleguemos.

Creo que no estamos preparados como personas para el ritmo vertiginoso. Después de la pandemia muchas personas reevaluaron sus prioridades, pero el desafío es mucho mayor ahora ya que el cambio es global.

¿Estamos realmente preparados para soluciones que avanzan más rápido que sus diseñadores? La solución no puede ser más automatización. Tiene que haber una conciencia, acuerdos y regulaciones, pensamiento a largo plazo, pero más que todo, personas que se tomen una pausa, evalúen y propongan alternativas coherentes.

Me gustaría conocer experiencias que hayan tenido con IA, buenas o malas.

PD: las imágenes si fueron generadas con IA.

Saludos,